Madrid, 27 de mayo de 2025 – En un escenario económico internacional marcado por la incertidumbre y la tensión comercial entre bloques, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sorprendido al revisar al alza su previsión de crecimiento para la economía española en 2025. Según su último informe, el PIB de España crecerá un 2,5%, una décima más de lo estimado anteriormente, desafiando los pronósticos más conservadores y a pesar del impacto de los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos a productos europeos.
Un crecimiento que desafía la incertidumbre
La nueva previsión del FMI representa una mejora respecto a las cifras anunciadas a finales de 2024, cuando el organismo situaba el crecimiento del PIB español en torno al 2,4%. El leve pero significativo ajuste se fundamenta en varios factores clave: el dinamismo del mercado laboral, el incremento del consumo interno, la recuperación del turismo, y la resiliencia del sector servicios.
«España está mostrando una capacidad de adaptación notable frente a las presiones externas», afirmó Alfred Kammer, director del Departamento Europeo del FMI. «A pesar de los desafíos derivados de las tensiones comerciales con Estados Unidos, el país sigue avanzando en su recuperación y consolidación económica postpandemia.»
Impacto limitado de los aranceles
Una de las grandes preocupaciones del primer semestre de 2025 ha sido el endurecimiento de la política comercial de EE.UU. La administración estadounidense ha impuesto aranceles del 20% a determinados productos europeos, afectando particularmente al sector agroalimentario, el automotriz y algunas manufacturas.
España, como parte de la Unión Europea, no ha quedado exenta del impacto. Productos como el aceite de oliva, el vino, los quesos y ciertos componentes industriales se han visto afectados. Sin embargo, el FMI considera que estos aranceles, si bien tienen un efecto negativo sobre ciertas exportaciones, no representan una amenaza sistémica para la economía española.
Según el análisis del organismo, las exportaciones a EE.UU. representan aproximadamente un 4% del total de las exportaciones españolas, lo que limita el efecto directo sobre el PIB. Además, la diversificación de mercados exteriores —con mayor énfasis en Latinoamérica, África y Asia— ha permitido mitigar parte del impacto.
Consumo interno y turismo como motores clave
El informe del FMI destaca que el consumo de los hogares sigue siendo uno de los pilares del crecimiento económico español. La moderación de la inflación (prevista en un 2,5% para este año) y la recuperación del poder adquisitivo están permitiendo un mayor dinamismo en sectores como el comercio minorista, la hostelería y los servicios personales.
Por otro lado, el sector turístico ha superado ya los niveles prepandemia, impulsado por un fuerte retorno del turismo internacional, especialmente desde Alemania, Reino Unido y Francia. Las medidas de promoción turística adoptadas por el Gobierno, junto con una mejora de infraestructuras y servicios, han consolidado a España como un destino seguro, atractivo y competitivo en el Mediterráneo.
El mercado laboral: luces y sombras
Uno de los aspectos que ha llamado la atención del FMI es la evolución del mercado laboral. La tasa de desempleo, aunque sigue siendo alta en comparación con la media europea (actualmente en un 11,2%), ha venido descendiendo de manera sostenida. La creación de empleo en sectores como tecnología, energías renovables y construcción ha permitido reducir el paro juvenil y de larga duración.
No obstante, el organismo advierte sobre la necesidad de seguir impulsando reformas estructurales que fomenten la productividad, la digitalización y la estabilidad laboral, así como mejorar la capacitación de la población activa para responder a los retos del mercado global.
Déficit y deuda: asignaturas pendientes
A pesar del buen comportamiento macroeconómico, el FMI lanza una advertencia clara: la deuda pública y el déficit fiscal siguen siendo elevados. La previsión para el déficit se mantiene en torno al 3,4% del PIB, mientras que la deuda pública roza el 111%, una de las más altas de la Eurozona.
El FMI insta al Gobierno a aprovechar este ciclo de crecimiento para iniciar un proceso de consolidación fiscal responsable, evitando recortes abruptos pero optimizando el gasto público y combatiendo la evasión fiscal. También sugiere una revisión del sistema de pensiones y del gasto en subsidios, con el objetivo de garantizar su sostenibilidad a medio y largo plazo.
Reacciones del Gobierno y del sector empresarial
Desde el Ministerio de Economía, liderado por Carlos Cuerpo, se ha valorado positivamente la revisión del FMI. “Estos datos son el reflejo de que las reformas estructurales que estamos implementando están funcionando. España avanza hacia una economía más robusta, verde y digital”, declaró el ministro.
El sector empresarial, por su parte, ha mostrado una actitud prudente pero optimista. Desde la CEOE se destaca la necesidad de mantener la estabilidad política y un entorno regulatorio predecible para no frenar la inversión privada. «Es momento de consolidar lo avanzado, pero también de actuar con inteligencia fiscal», apuntó Antonio Garamendi, presidente de la patronal.
Conclusión
La revisión al alza de la previsión de crecimiento de España por parte del FMI, en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y económicas, es un espaldarazo para la economía española. A pesar de los desafíos que suponen los aranceles de EE.UU., España se perfila como una de las economías más dinámicas de la Eurozona en 2025.
Los próximos meses serán clave para consolidar este crecimiento, impulsar reformas estructurales pendientes y fortalecer las bases de una economía más equitativa, sostenible y resistente a las turbulencias externas.